- Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primera piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos
- Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.
- Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.
- Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.
- Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la Justicia.
- Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.
- Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.
- Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.
- Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.
- Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.
- Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.
- Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.
- Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común.
- A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable.
- Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar.
- Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.
viernes, 10 de abril de 2009
La Pena de Muerte
por María Elena Walsh
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Muchas mentes abiertas deberian estar cerradas por reparaciones....
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