Mostrando las entradas con la etiqueta gastronomia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta gastronomia. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de marzo de 2012

De cupones y carcajadas

Las compras de cenas, picadas o almuerzos realizadas con los cupones de descuento tan populares hoy en dia, pueden traer aparejadas sorpresas, algunas veces agradables, otras no tanto.

Suelen ser una buena opcion para conocer lugares que de otro modo no entrarian en nuestro recorrido habitual gastronomico y tambien una excusa para comer afuera sin gastar demasiado dinero.
Lugares como Buda Bar, Brands o Clap estan entre las mejores visitas que hicimos. En el otro extremo de la soga se encuentra Resto J en Las Heras al 2900. Sin lugar a dudas una experiencia digna de un film de Enrique Carreras o Federico Fellini.

No voy a detenerme en la ambientacion, humilde, algo anticuada porque prefiero pasar directo al centro de la historia: la cena. Habia bastante gente, ya que ademas de ser el Dia de la mujer, era la ultima fecha disponible para usar el cupon. Cerca de quince mesas ocupadas, gente esperando y un solo mozo para atender.

Nuestra espera fue breve. Una mesita al fondo, cerca de la cocina, el baño y el televisor con una pequeña, casi insignificante gotera del aire acondicionado sobre la misma. Milton (tal el nombre del mozo) cual equilibrista chino pasaba de mesa en mesa levantando pedidos y explicando las demoras. El cupon ofrecia una variedad de platos interesantes, ravioles con salsas, pollo, mini bife de chorizo con guarnicion pero, nos explico Milton solo podian ofrecer ravioles o filet de merluza.

Luego de una breve charla y una sutil cara de culo, magicamente aparecio el pollo al verdeo. La gaseosa fue el segundo paso de comedia, "Pepsi?, solo light. Si no te sirvo de un botellon". Ya no me sorprendia nada de lo que viera y comenzamos a observar a las otras mesas.

Gente levantando los brazos esperando una mesa, otros sacudiendo servilletas a la espera de ser atendidos. La mesa a nuestra izquierda opto por tomar una copa de vino y el mozo se acerco con tres botellas de Escorihuela en la mano y ahi nomas le armo un mezcladito!

La mesa detras nuestro pidio un ensalada Americana con palmitos y kani kama. Media hora despues llego, sin palmitos, sin kani kama y con salsa golf preparada "ao vivo" con un pote de mayonesa y uno de ketchup.

Llego el pollo al verdeo. Ni una pizca de cualquier tipo de condimento.

La cena en Resto J ya se habia convertido en una comedia. Todo podia suceder, incluso, que le lleven servilletas usadas a una de las mesas ante la mirada atonita de la pareja que las recibio.

Redondeando la cena llego la hora del postre. Ni budin de pan, ni ensalada de frutas. Flan. Flan y punto. Si, y punto porque segun explico Milton, a las once de la noche no le quedaba crema ni dulce de leche para adicionar. Bueno, tambien a nosotros nos pareco increible.

Si quieren reirse, Resto J puede ser una opcion interesante. Pero si su intencion es cenar o almorzar, en Las Heras al 2900, crucen a la vereda de enfrente.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El asado

Fragmento de "El río sin orillas" de Juan José Saer

Es que la carne de vaca asada a las brasas, el "asado", es no únicamente el alimento de base de los argentinos, sino el núcleo de su mitología, e incluso de su mística. Un asado no es únicamente la carne que se come, sino también el lugar donde se la come, la ocasión, la ceremonia.
Además de ser un rito de evocación del pasado, es una promesa de reencuentro y de comunión.
Como reminiscencia del pasado patriarcal de la llanura, es un alimento cargado de connotaciones rurales y viriles, y en general son hombres los que lo preparan. Además de ciertas partes carnosas de la vaca, prácticamente todas las vísceras son aptas para la parrilla: intestinos, riñones, mollejas, corazón, ubres de la vaca y testículos del toro.
El asado se cocina a fuego lento y puede llevar horas, pero esa cocción demorada es menos una regla de oro gastronómica que un pretexto para prolongar los preliminares, es decir la conversación fogosa, las llegadas graduales de los invitados que, trayendo alguna botella de vino para colaborar, van cayendo a medida que sus ocupaciones se lo permiten, incorporándose a la charla animada, no sin pasar un momento por la parrilla para inspeccionar el fuego o cruzar un par de frases con el asador.
Es falta de respeto dar consejos o mostrar aprensión sobre la autoridad del que esta asando, aunque cada uno de los presentes tiene su propia teoría sobre cómo deben hacerse las cosas.
El asado reconcilia a los argentinos con sus orígenes y les da la ilusión de continuidad histórica y cultural. Todas las comunidades extranjeras lo han adoptado, y todas las ocaciones son buenas para prepararlo. Cuando vienen los amigos del extranjero, cuando alguien obtiene algún triunfo profesional, cuando hace buen tiempo. Cuando los albañiles estan haciendo una casa ponen el techo, atan una rama verde en el punto mas alto de la construccion y hacen un asado.
A pesar de su carácter rudimentario, casi salvaje, el asado es rito y promesa, y su esencia mística se pone en evidencia porque le da a los hombres que se reúnen para prepararlo y comerlo en conpañía, la ilusión de una coincidencia profunda con el lugar en el que viven. La crepitación de la leña, el olor de la carne que se asa en la templanza benévola de los patios, del campo, de las terrazas, no desencadenan por cierto ningún efluvio metafísico predestinado a esa tierra, pero si en cambio, repitiendo en un orden casi invariante una serie de sensaciones familiares, acuerdan esa impresión de permanencia y de continuidad sin la cual ninguna vida es posible.
Al anochecer, se encienden los primeros fuegos. Un olor a leña, y después de carne asada es lo que sobresale cuando empieza a oscurecer en el campo, en las orillas del río, en los pueblos y en las ciudades.
Repartido en muchos hogares, no siempre equitativos, el fuego único de Heráclito arde plácido o turbulento, iluminando y entibiando ese lugar, que, ni más ni menos prestigioso que cualquier otro, es, sin embargo, único también, a causa de unos azares llamados historia, geografía y civilización; el fuego arcaico y sin fin acompañado de voces humanas que resuenan a su alrededor y que van transformándose poco a poco en susurros hasta que por último, ya bien entrada la noche, inaudibles, se desvanecen.


Juan José Saer nació en Serodino (Provincia de Santa Fe) el 28 de junio de 1937. Fue profesor de la Universidad Nacional del Litoral, donde enseñó Historia del Cine y Crítica y Estética Cinematográfica. En 1991 publicó el ensayo El río sin orillas, con gran repercusión en la crítica, y en 1997, El concepto de ficción. Su producción poética está recogida en El arte de narrar (1977), paradójico título que expresa, quizás, el intento constante de Saer por –según sus propias palabras– "combinar poesía y narración". Ha sido traducido al francés, inglés, alemán, italiano y portugués.

martes, 9 de junio de 2009

Comprar es politica


Cada vez que realizamos una compra estamos apoyando un determinado modelo de producción y comercialización, por ende, una forma de construcción (o destrucción) del mundo.
El comercio justo es una alternativa al modo de producción capitalista y requiere de la presencia activa de un consumidor responsable que le de continuidad y refuerce su permanencia.
Sólo 200 empresas en el mundo concentran el 70% del total del comercio.
Esto implica que los que controlan la mayor parte de la producción y el consumo son grandes empresas multinacionales que monopolizan mercados, restringen la oferta de productos y consolidan -mediante estrategias publicitarias e imposición de marcas- altos niveles de consumo, provocando la pérdida de autosuficiencia alimentaria y alentando el saqueo de los bienes comunes.


La red de comercio justo está enmarcada dentro de un amplio arco de luchas que se articulan a fin de producir cambios en las estructuras hegemónicas del capitalismo, el cual impone rapiñeras formas de producir, comercializar y consumir. La alimentación es un derecho y no una mercancía y la agricultura tiene que producir alimentos y no bienes de mercado.
Comercio justo es aquel en el cual todos/as los que producen bienes, servicios, ideas, creaciones; trabajan en condiciones dignas, sin explotación y cuidando el medio ambiente. Lo producido se vende a precios justos a través del establecimiento de una relación directa -que evita el sobreprecio de los intermediarios- con los consumidores.


El consumo responsable y solidario sostiene un modelo alternativo al hegemónico en donde los ciudadanos participen activamente en el proceso de construcción de la sociedad.
Para esto es necesario informarse de los mecanismos de producción y comercialización de los productos que compramos y bajo qué condiciones sociales y medioambientales fueron elaborados, para así poder elegir de manera meticulosa lo que compramos.
Texto e imagenes, gentileza de Iconoclasistas

jueves, 30 de agosto de 2007

Primer post...

Bueno.... este es el primer post y las primeras veces no siempre son faciles.....

Que podes encontrar en este blog? Mas de lo mismo, pero deliciosamente seleccionado para abrirte la cabeza, porque de partirte el craneo ya se encargan otros.

Musica para descargar, comentarios de recitales, criticas de peliculas, alguna que otra sugerencia de obras de teatro, recetas de cocina y recomendaciones de lugares donde alimentar el cuerpo ( y el alma!)

Que, esperabas mas? y gratis?? Dejate de joder!

Salu2...

Muchas mentes abiertas deberian estar cerradas por reparaciones....